« La
verdadera soledad es la morada del hombre; la falsa soledad, el refugio del
individualista. El mero vivir en medio de otros hombres no garantiza que
vivamos en comunión con ellos, ni siquiera que tengamos comunicación con ellos.
No hay verdadera soledad, excepto la soledad interior. La soledad interior no es posible para nadie que no acepte el lugar que
le corresponde en relación con los demás hombres. La soledad no es
separación ». (Tomás Merton)
« El
problema del ser humano podría ser descrito con una sola palabra: Soledad, una
soledad o un sentido de aislamiento tanto más pronunciado cuanto más trepidante
sea el dinamismo impuesto a la sociedad humana por efecto de los grandes
avances técnicos y de los magníficos descubrimientos científicos. El
sentimiento íntimo de soledad que sólo cederá o será adecuadamente interpretado
cuando el ser humano se conozca mejor a sí mismo y vaya identificándose con la
fuente de paz de su propio corazón ». (Vicente Beltrán Anglada).
«
Hay dos formas de soledad: Una que es la soledad del aislamiento, con su
desesperación, tristeza y separación de todo y de todos y la otra, que es la
soledad madura del hombre libre, que al no depender de nada ni de nadie, está relacionado
con todo. ¿Qué entendemos por soledad? Es una sensación de vacío,
de no tener nada, de estar extraordinariamente inseguros, sin puerto donde
anclar. No es desesperación ni falta de esperanza, sino una sensación de
vacuidad, de vacío, y de frustración. Estoy seguro de que hemos sentido
eso, los felices como los desdichados, los muy, muy activos como los que tienen
afición a saber. Todos conocemos esto. Es una sensación de dolor real e
inextinguible, un dolor que no puede disimular aunque intentemos disimularlo ».
(Jiddu
Krishnamurti)
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