viernes, abril 20, 2012

EN COMPAÑÍA DE LA SOLEDAD

« La verdadera soledad es la morada del hombre; la falsa soledad, el refugio del individualista. El mero vivir en medio de otros hombres no garantiza que vivamos en comunión con ellos, ni siquiera que tengamos comunicación con ellos. No hay verdadera soledad, excepto la soledad interior. La soledad interior no es posible para nadie que no acepte el lugar que le corresponde en relación con los demás hombres. La soledad no es separación ». (Tomás Merton)
« El problema del ser humano podría ser descrito con una sola palabra: Soledad, una soledad o un sentido de aislamiento tanto más pronunciado cuanto más trepidante sea el dinamismo impuesto a la sociedad humana por efecto de los grandes avances técnicos y de los magníficos descubrimientos científicos. El sentimiento íntimo de soledad que sólo cederá o será adecuadamente interpretado cuando el ser humano se conozca mejor a sí mismo y vaya identificándose con la fuente de paz de su propio corazón ». (Vicente Beltrán Anglada).
« Hay dos formas de soledad: Una que es la soledad del aislamiento, con su desesperación, tristeza y separación de todo y de todos y la otra, que es la soledad madura del hombre libre, que al no depender de nada ni de nadie, está relacionado con todo. ¿Qué entendemos por soledad? Es una sensación de vacío, de no tener nada, de estar extraordinariamente inseguros, sin puerto donde anclar. No es desesperación ni falta de esperanza, sino una sensación de vacuidad, de vacío, y de frustración. Estoy seguro de que hemos sentido eso, los felices como los desdichados, los muy, muy activos como los que tienen afición a saber. Todos conocemos esto. Es una sensación de dolor real e inextinguible, un dolor que no puede disimular aunque intentemos disimularlo ». (Jiddu Krishnamurti)

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